En su obra semiautobiográfica El médico rural (1912), Felipe Trigo narra en forma novelada sus primeros pasos en el ejercicio de la medicina. Y al hacerlo, describe con trágica emoción las angustias de un facultativo pipiolo frente al enfermo y su sensación de desolación e impotencia ante la muerte.
Días aciagos volvieron para Esteban, colmados de crueldad. Estalló una epidemia de fiebres malignas, biliosas, cuya térmica alcanzaba grande altura, y de las cuales tenía seis atacados, y sus dos crónicos enfermos, además, el muchacho escrofuloso que padecía un glaucoma en el ojo izquierdo y la anciana que sufría del corazón, agraváronse notablemente.
El muchacho, de la noche a la mañaña, se vio aquejado de agudísimos dolores que nada podía calmar, y pasábase las horas en un grito. Al principio, cuando llegó Esteban a Palomas, este enfermo tenía el ojo hinchado, duro y casi blanco; pero veía con él los bultos, como detrás de una niebla, y aun el chico iba a la escuela y jugaba por las calles; luego había ido abultándosele, poniéndosele sensible y adquiriendo un color de ámbar y una tensión alarmantísima. Sin embargo, su martirio databa de unos días: tanto se le inflamó, que no podía cerrar los párpados, y al lado de la niña, borrada en la confusión de aquella masa lamentable, iniciábase una ampolla de pus, un absceso que dejó al médico aterrado.
No era especialista. Hacía falta operar, tal vez, o cuando menos medicinar con un acierto y con un completo conocimiento de que sus libros de estudio general no bastaban a ilustrarle. Los leía desesperadamente, buscándole una salvación al ojo del chiquillo y a la vida de la anciana, que asimismo tenía en zozobra a su familia, y pasábase los días enteros estudiando sin descansar un minuto —a no ser cuando con apremiantísimas llamadas hacíanle ir a ver a estos enfermos.
La anciana, la tía Justa la Espartera, aún se hallaba en situación más deplorable; Esteban temía que… se muriese… ¡que se muriese!… Y que se muriese… ¡sin que él ni supiera quizá lo que tenía!
Este es sólo un fragmento de la obra de Felipe Trigo

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